Fue por esa época cuando Ricardo Hernández Ramírez comenzó a asistir preparatorio (preparatoria) fuera de la Ciudad de México cuando comenzó a tomar conciencia de la importancia de la electricidad. “Pasaba todos los días por delante de una subestación, veía a menudo a los equipos trabajando y eso me hizo pensar en cómo funcionaba todo. Me di cuenta de que la electricidad lo mueve todo”, recuerda.
Los papás de Ricardo no fueron a la universidad, pero se aseguraron de que sus tres hijos sí lo hicieran.
“Mi papá trabajaba en la construcción y, cuando mis hermanos y yo teníamos entre 10 y 12 años, nos llevaba al trabajo... no para aprender a hacer cosas, sino para ver lo duro y agotador que era. Entendimos el mensaje: ¡quedarnos en la escuela y estudiar!”.”
Dado su interés por la electricidad, la ingeniería eléctrica fue una elección natural para Ricardo a la hora de elegir su carrera. “Quería dedicarme a un trabajo que produjera resultados significativos para mi país, en un campo que marcara la diferencia en la vida de las personas”, recuerda.
Después de obtener su licenciatura, dedicó un año a obtener su licencia profesional (similar a la licencia de ingeniero profesional en Estados Unidos). Con ella en mano, comenzó su primer trabajo en Sadeven Engineering & Construction, una empresa especializada en realizar trabajos para el sector de los servicios públicos.
Durante sus cuatro años en la empresa, trabajó principalmente en Ciudad de México y sus alrededores en proyectos para la CFE (Comisión Federal de Electricidad, la empresa eléctrica nacional de México). “Guardo muy buenos recuerdos de mi etapa en Sadeven porque muchos de mis compañeros eran jóvenes como yo y todos aprendíamos juntos. También tuve la oportunidad de viajar a Nicaragua y Honduras para trabajar en proyectos, lo cual fue una buena experiencia”.”
Una reorganización interna en Sadeven llevó a Ricardo a dejar la empresa; gracias a un contacto, consiguió su siguiente puesto como ingeniero eléctrico en Gas Natural Fenosa, cuya empresa matriz es española. “El gas natural era una tecnología nueva para mí, así que tenía mucho que aprender. Además, la cultura corporativa era diferente. Pero soy una persona muy centrada y con gran capacidad de adaptación, por lo que me adapté con relativa facilidad”.”
A través de las relaciones profesionales que entabló en Fenosa, Ricardo conoció a personas de Iberdrola, una empresa multinacional de energía eléctrica con sede en España. En ese momento, la empresa estaba desarrollando varios proyectos de energía renovable en México y contrataba activamente a nuevos empleados.
“Era una época en la que las energías renovables estaban ganando popularidad rápidamente en todo México, y eso capturó mi imaginación”, recuerda Ricardo. “Había mucha información sobre la energía eólica en la televisión y en Internet, y yo tenía muchas ganas de trabajar con esas grandes máquinas. También llegué a considerar la energía limpia como una forma de dejar un legado positivo a mis hijos y ayudar a crear un futuro mejor para ellos”.”
“Todavía recuerdo lo impresionado que me quedé al ver lo grandes y potentes que eran las turbinas eólicas. ¡Verlas en una pantalla no te prepara para verlas en la vida real!”.”
Ricardo consiguió un trabajo como ingeniero de proyectos en un parque eólico que Iberdrola estaba construyendo para la CFE, y su primera visita al lugar le causó una gran impresión. “Todavía recuerdo lo impresionado que me quedé por lo grandes y potentes que eran los aerogeneradores”, dice riendo. “¡Verlos en una pantalla no te prepara para verlos en la vida real!”.”
Sus primeros meses en Iberdrola pasaron rápidamente y fue ascendido a ingeniero jefe, pero Ricardo empezó a darse cuenta poco a poco de las limitaciones de su puesto. Se enteró de una vacante en lo que entonces era EDF Renewables México, y una entrevista con su posible jefe despertó su interés: “Me dijo que si venía a trabajar a EDF, tendría muchas más oportunidades profesionales, y eso me pareció muy atractivo. Me encanta la ingeniería, pero hay mucho más que aprender en este sector.
Ricardo se incorporó a EDF en noviembre de 2017, y su primera función fue trabajar en el Proyecto solar Bluemex, lo que supuso para él otra nueva tecnología. A partir de ahí, pasó a trabajar en una amplia gama de áreas, incluyendo el diseño y la ingeniería de subestaciones, el diseño y la ingeniería de proyectos eólicos y solares, y los estudios de impacto de los sistemas eléctricos. “Enseguida tuve claro que había tomado la decisión correcta”, afirma. “Había mucho que hacer y tuve acceso a todo tipo de información nueva a la que antes no había tenido acceso. Pude aprender muchos aspectos del desarrollo de proyectos más allá de la simple ingeniería”.”
Lleva casi ocho años trabajando en EDF Power Solutions y recientemente ha asumido su cargo actual de director adjunto de desarrollo. “Sigo involucrado en la parte técnica, pero ahora tengo responsabilidades adicionales que incluyen la gestión de presupuestos y flujos de caja, entre otras cosas, por lo que mi ámbito de competencia es mucho más amplio que el de la ingeniería”.”
Al reflexionar sobre su carrera hasta ahora y su enfoque del trabajo, Ricardo atribuye a su educación el haber moldeado su visión del mundo. “Mi principal motivación siempre ha sido la familia y los valores que aprendí en casa”, reflexiona. “Mis papás me enseñaron la importancia de tener principios, tratar a los demás con respeto y, sobre todo, ayudar a los demás. Para mí, la capacidad de encontrar la manera de ayudar a alguien, ¡incluso sin que me lo pidan!, es mi mayor fuente de satisfacción”.”
Una de las cosas que más le gusta a Ricardo de trabajar en EDF Power Solutions es la flexibilidad y la mentalidad abierta de la empresa. “Las grandes empresas tienden a ser muy estructuradas e incluso restrictivas”, observa. “En EDF no es así. Tenemos libertad para sugerir nuevas ideas, aprender sobre áreas ajenas a nuestra función principal y planificar nuestros horarios, y como padre de dos hijos pequeños, lo agradezco mucho”.”